NCA finaliza las obras de la Iglesia de San Antonio de Las Cárcavas


El pasado mes de marzo y tras un año de trabajo se finalizaron las obras  de construcción de la Iglesia de San Antonio de Las Cárcavas, un proyecto emblemático para el equipo de Navarro Conde Arquitectos.


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El complejo parroquial consta de tres partes, el templo para el desarrollo de las actividades litúrgicas, salones parroquiales, y la vivienda del párroco. En el templo se intenta conjugar belleza, luz, recogimiento, devoción, dignidad y austeridad, creando una planta armónica, focalizada en el altar y el presbiterio. La topografía del solar, con fuerte pendiente, genera accesos a diferentes niveles y, a la vez, se pretende comunicar las dos calles que se encuentran a diferente nivel.

La ordenación del conjunto se basa en varios requisitos que nos parecían fundamentales:

1.- Expresar exteriormente su carácter sacro.

El edificio debe ser reconocible como Iglesia católica, así destacamos sobre el volumen del templo, el campanario, las campanas, la llamada a la comunidad para celebrar las actos religiosos. El campanario se contempla desde la distancia, conforma la silueta de la ciudad, del barrio, es el mejor neón, el mejor anuncio de lo que vamos buscando. En este elemento vertical, colocaremos los símbolos religiosos la cruz. En las zonas verdes se plantarán lirios de San Antonio o azucenas, representación del Santo y de la pureza.

El edificio presenta un exterior bastante ciego, abriéndose solo para acceder, la iluminación y ventilación se resuelve desde el interior, dotándole de un sentido más espiritual, donde la piel, el cerramiento, lo que se ve, no nos debe confundir, ni llamar la atención en exceso, sino buscar más allá de lo tangible.

2.- Conexión entre las calles Maruja Mallo y Aurora Redondo.

Debido a la diferencia de nivel que se produce entre las dos calles que acotan el solar, nos interesa crear una comunicación física, que se pueda recorrer fácilmente, que no suponga una barrera y dé lugar a dos edificios diferentes, que el centro parroquial no esté separado de la Iglesia, creemos que debe existir una continua comunicación entre ellos, interior y exterior.

3.- Compatibilizar el programa propuesto.

Las tres partes que forman el programa del edificio, iglesia, centro parroquial y vivienda, están muy relacionadas entre sí, pero tienen aspectos funcionales que les hacen pertenecer a polos opuestos. Por una parte tenemos el desarrollo de la iglesia, espacio comunitario, público, de gran importancia simbólica; frente al uso completamente privado, doméstico de la vivienda, e incluso el centro parroquial dista de los anteriores, al tener un uso que pertenece a los dos a lo público y a lo privado, a lo doméstico y a lo simbólico.

Frente a estos aspectos, intentamos que los programas y usos estén separados, bien por la forma de acceder, por su situación en planta; pero al mismo tiempo fuertemente comunicados, que no pierda la relación entre ellos, que se puedan desarrollar todas las actividades a la vez, que no interfieran, pero que se note la presencia de ellos. Esta mezcla de lo domestico y lo simbólico, es el carácter que le queremos dar al conjunto.