
Este año la Fundación Locus y la Ciudad de la Arquitectura y del Patrimonio entregarón el Premio Global de Arquitectura Sostenible a Santiago Cirugeda (España), Juan Román Pérez (Chile), Jan Gehl (Dinamarca), Marco Casagrande (Finlandia), y el colectivo belga Rotor (Boniver, Devlieger y Gielen).
Este premio, que al ritmo de cinco galardonados cada año, cuenta con una red de 50 arquitectos o colectivos de más de 30 países, fue creado en 2007 por la arquitecta Jana Revedi, profesora del Blekinge Institute of Technology de Suecia, con la colaboración del Fondo Locus y la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio de París.
Cirugeda replantea, desde hace 15 años, temas legales, urbanos y sociales desde el colectivo Recetas Urbanas. Tras recibir el premio declaraba: 'Me permitirá recordar a quienes me impiden hacer cierto tipo de proyectos en España, que en otros sitios, a nivel mundial, son valorados. Lo agradezco y lo vamos a usar todo lo que podamos'.
Marie-Hélène Contal, directora adjunta del Instituto Francés de Arquitectura (IFA), uno de los institutos integrantes de La Cité, destacó cómo Cirugeda ha transformado su oficio desde 2007. También resaltó su pasado de activista, junto con su estrategia para compartir experiencias y afrontar la transición económica, centrada en el hábitat y el equipamiento, así como en la arquitectura barata, algo ya 'extraordinario'. Hace performances, anima colectivos, se asocia con juristas, con informáticos, publica manuales, y hace que ese proceso que él ha puesto en marcha sea transmisible a otros arquitectos, y también a la gente, explicaba.
De su colega chileno, fundador de la Escuela de Talca, Contal pone de relieve que la Escuela de Arquitectura de Talca nació en un momento de gran transición demográfica y urbana en Chile, en 1999, en una zona rural donde no había tradición de enseñanza en la materia.
La presencia de "ese proyecto pedagógico increíblemente innovador", que introduce al alumno en la práctica real de oficio, plantea la importancia del medio rural, "pues se habla mucho de la arquitectura de las ciudades, pero no de la rural", recuerda. Sin embargo, apunta, "cómo parar la emigración, cómo repoblar el campo, qué sentido dar a ese desarrollo", son problemas de economistas y geógrafos, y la Escuela de Talca afirma que lo son también de arquitectos, por lo que forma a los jóvenes en esa visión.
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